El peregrino micer Margalé Herrero deja constancia escrita de su paso como peregrino a lo largo del Camino de Santiago en su tramo a través del territorio de la Jacetania. Gracias a su formación intelectual y a ser una de las mejores manos para manejar la plumilla y el carboncillo, no sólo copia la realidad, sino que la interpreta, desde el inicio del tramo aragonés en el collado de Somport.
El autor ofrece una visión romántica y singular de este viaje, impenitentemente crítico con el uso y olvido que se le ha tenido e intenta dar a conocer lo que más llamó su atención.