A partir de la primera década del siglo XX, un buen número de campesinos de Ojos Negros, Utrillas, Montalbán o Libros cambian su forma de vida, se reconvierten en obreros mineros con dedicación a tiempo total a la minería y dejan a un lado la agricultura y la ganadería tradicionales. Otros, sin embargo, compatibilizarán ambos trabajos, lo que no dejaba de ser una ventaja, pero el desarrollo de la industria y la buena coyuntura internacional, supusieron el aumento de la producción y la necesidad de emplear mucha más mano de obra, de más trabajadores que en unas comarcas de demografía débil no se podían cubrir, por lo que fue preciso atraer obreros de otras regiones, lo que produjo un incremento de la población y el crecimiento de la economía de las comarcas en las que se implantaron las explotaciones mineras. |