Juan Pedro Quiñonero, a la estela de los Caprichos de Goya, hilvana el relato de la actualidad española para comprender y juzgar todos los elementos del puzzle donde están hipotecados el destino de España y de los españoles. España y sus crisis... económicas, sociales, políticas, institucionales, europeas, culturales, morales, que son, íntima y diariamente trabadas, en Una temporada en el Infierno.
Como apunta el autor, “Ese cuerpo yacente del Capricho número 40 de Francisco de Goya no sufre en un hogar, aunque los bajos de las sábanas y la almohada de su lecho fuesen hilados y cosidos con primor. Agoniza en un lugar inhóspito, sin techo, a la intemperie. En ese lugar sin nombre, semejante a una cueva, solo están iluminados el cuerpo doliente y el asno que lo cuida con sus ojos de saurio, su boca carnicera y sus patas de animal arreado”.