La iniciativa de fabricar este volumen fue de Andrés Trapiello hace unos dos o tres años. El resultado ha sido un juego de cartas disfrazado de recuerdos y evocaciones con un destinatario: todas discurren por los renglones de la admiración y, en más de un caso, de la devoción por José-Carlos Mainer. De la conversación que cierra el volumen se han encargado Julio José Ordovás y Juan Marqués.