De la mano de Eduardo Trelles e ilustrado por Álvaro M. Cavero Cebrián nos llega Treinta y dos cuentos ínfimos, caracterizados por su brevedad, intimidad, refinado sentido del humor y la ironía. Imágenes poéticas, el transcurso de la vida cotidiana, disparidad de tiempos y espacio. El autor nos abre los ojos hacia las composiciones de los versos inspiradas en el haiku japonés, donde predominan las ideas y sobran las palabras innecesarias. |